Sana'a - Saba:
En un desarrollo cualitativo y sin precedentes en las capacidades militares yemeníes, las fuerzas armadas atacaron con éxito la base sionista "Ramat David", una de las bases aéreas enemigas más grandes e importantes en el norte de Palestina ocupada, con un misil hipersónico "Palestina 2", en un ataque que transmitió mensajes estratégicos de largo alcance.
Este es el primer ataque a una base de este tipo ubicada en la llanura de Marj Ibn Amer, dentro de un sensible triángulo geográfico que une el sureste de Haifa, Jenin y Tiberíades, y cerca de la Línea Verde que separa Cisjordania y los territorios ocupados en 1948. Ramat David está clasificada como una de las tres principales bases utilizadas por la entidad enemiga para llevar a cabo sus operaciones militares contra los países vecinos: Jordania, Líbano, Siria, Irak y el Golfo.
La inclusión de esta base en el banco de objetivos de las Fuerzas Armadas de Yemen representa un importante avance en el curso de las operaciones de disuasión contra la entidad sionista, que continúa cometiendo crímenes de genocidio contra el pueblo palestino, ignorando el derecho internacional y las normas humanitarias, y persistiendo en su brutal agresión contra la Franja de Gaza.
Esta operación se enmarca en la batalla de la "Victoria Prometida y la Santa Yihad", lanzada por el líder Señor Abdul-Malik Badr al-Din al-Houthi, coincidiendo con la batalla de la "Inundación de Al-Aqsa", como parte de una postura firme de apoyo al pueblo palestino y apoyo directo a la resistencia en Gaza. Las operaciones yemenitas han progresado desde atacar el puerto de Umm al-Rashrash en el extremo sur, hasta bombardear Jaffa en el corazón de la entidad, luego ocupar Haifa y llegar más allá de Haifa en el norte.
El vuelo del misil a una distancia de más de 2.300 kilómetros es un mensaje claro de que Yemen se mantiene firme en su lucha contra la agresión sionista, que sus opciones están abiertas y que no cederá en sus posturas honorables ante los desafíos. Seguirá atacando profundamente al sionismo como castigo por sus crímenes en Gaza.
Las capacidades de misiles y drones de Yemen se han convertido en una amenaza real tanto para los enemigos sionistas como para los estadounidenses, atacando instalaciones vitales en los territorios ocupados y persiguiendo portaaviones y buques de guerra en el Mar Rojo y el Golfo de Adén. Esto ocurre en medio de un creciente reconocimiento por parte de los medios de comunicación enemigos del poder de los ataques yemenitas.
En este contexto, el periódico hebreo Maariv reveló que el ejército de ocupación israelí enfrenta serias dificultades para hacer frente a los ataques yemeníes, señalando que el sistema Arrow no ha logrado interceptar misiles en cuatro ocasiones consecutivas, en favor de misiles balísticos avanzados lanzados desde Yemen.
El periódico calificó la situación como un desafío de seguridad sin precedentes para la entidad enemiga, ya que no había previsto que sus bases militares serían atacadas desde miles de kilómetros de distancia, en un momento en que el ejército ya adolecía de débiles capacidades defensivas. Esto constituye una victoria para el Yemen y su creciente capacidad de disuasión.
Los analistas políticos y militares destacaron que el desarrollo de las capacidades yemeníes refleja el fracaso de las apuestas de la administración estadounidense, particularmente de la administración Trump, que lideró la agresión contra Yemen. Señalaron que Saná ha demostrado la fuerza de sus posiciones, la independencia de sus decisiones y su capacidad de lanzar ataques selectivos casi cada 48 horas, dirigidos al corazón de la entidad.
Explicaron que la fuerza militar estadounidense, a pesar de su vasto arsenal, no ha podido garantizar la seguridad de Israel ni lograr la estabilidad regional. Señalaron que la única solución radica en garantizar la justicia para el pueblo palestino, permitirle ejercer sus derechos legítimos y detener la maquinaria de matanza sionista.
La historia confirma que Yemen nunca ha sido derrotado por las grandes potencias. Lucha sus batallas basándose en su fe en las causas de la nación, la resiliencia de sus hombres y la sensibilidad de su ubicación estratégica. Hoy sigue imponiendo nuevas ecuaciones en la región, mientras Estados Unidos se hunde cada vez más en el atolladero de agresión que él mismo creó, del que parece no tener salida.
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