Hodeidah - Saba:
Seis pescadores regresaron hoy al centro de desembarque de pescado del distrito de Salif, en la provincia de Hodeidah, tras más de cuatro meses de secuestro y tortura en prisiones de la coalición liderada por Arabia Saudíta. Este nuevo incidente se suma a la serie de violaciones contra pescadores yemenítas en el Mar Rojo.
Durante la recepción, Rami Maqshara, director del Centro de Desembarque de Pesca de Salif, explicó que los pescadores que regresan representan un ejemplo del creciente sufrimiento al que se ven sometidos los pescadores yemeníes, tanto por las fuerzas de la coalición liderada por Arabia Saudí como por sus mercenarios en Eritrea. Estos pescadores son objeto de detenciones arbitrarias, confiscación de embarcaciones y propiedades, y privación de sus medios de vida. Destacó que la Autoridad General de Pesca del Mar Rojo condena estas prácticas criminales contra pescadores indefensos, e instó a las organizaciones internacionales de derechos humanos y humanitarias a intervenir urgentemente y obligar a los Estados agresores a detener los ataques, proteger a los pescadores y garantizar su derecho a faenar con seguridad en aguas territoriales yemeníes.
El Director del Centro de Desembarque de Pesca de Salif señaló que este incidente no es un caso aislado, sino que se ha repetido sistemáticamente en los últimos años, amenazando la seguridad de los pescadores yemeníes y mermando su capacidad para seguir trabajando en medio de las difíciles condiciones económicas y de vida impuestas por la agresión y el bloqueo.
Por su parte, los pescadores indicaron que llevaban cinco días pescando en aguas territoriales yemeníes, cerca de la isla de Uqban, en un barco pesquero "Jalba" con ocho pescadores a bordo, cuando fueron interceptados por una patrulla armada de la coalición liderada por Arabia Saudí y secuestrados a punta de pistola.
Explicaron que la patrulla de 20 miembros los condujo a la prisión de la isla de Farasan, donde fueron esposados y sometidos a duros interrogatorios bajo tortura, durante los cuales se les acusó de cargos falsos. Posteriormente, fueron trasladados a prisiones de la región de Yizán.
Los pescadores explicaron que su detención en la isla de Farasan duró siete días de interrogatorios y malos tratos antes de ser finalmente encarcelados en Yizán, donde soportaron duras condiciones, como inanición, negación de atención médica y la confiscación de algunos de sus bienes.
Señalaron que las autoridades saudíes liberaron a dos de ellos por tierra por razones no especificadas, mientras que el resto fue liberado por mar tras meses de detención arbitraria, sin compensación por sus pérdidas ni la devolución de sus bienes confiscados.
Antes de partir de Salif hacia sus zonas de origen, el director del centro les entregó donaciones en efectivo de la Autoridad General de Pesca del Mar Rojo para ayudarlos a cubrir los gastos de su regreso y cubrir algunas de sus necesidades básicas, un gesto humanitario para aliviar su sufrimiento. Este incidente es una prueba más de la magnitud de las violaciones que sufren los pescadores yemeníes en el Mar Rojo, lo que exige una acción internacional urgente para protegerlos y exigir responsabilidades a los responsables de estos crímenes, que constituyen una flagrante violación de las leyes y normas internacionales.
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