Kuala Lumpur-Saba:
Organizaciones de la sociedad civil de Malasia han anunciado el lanzamiento de una iniciativa internacional descrita como la más grande de su tipo, cuyo objetivo es romper el bloqueo impuesto a la Franja de Gaza a través de un movimiento naval global de 1.000 barcos que partirán de múltiples continentes. Esta iniciativa está siendo aclamada como un "levantamiento de la conciencia humana" para apoyar a los palestinos y exigir a la ocupación israelí que rinda cuentas por sus continuos crímenes.
Así lo anunció durante una conferencia de prensa celebrada en la capital, Kuala Lumpur, Azmi Abdul Hamid, presidente del Consejo Coordinador de Organizaciones Islámicas de Malasia (MAPIM), que la iniciativa surge en respuesta a la escalada de la ocupación israelí y los crímenes de genocidio contra el pueblo de Gaza. Destacó que el proyecto está recibiendo cada vez más apoyo de organizaciones de Europa, Asia y América Latina.
Abdul Hamid explicó que la reciente toma de la Madeleine por parte de las fuerzas israelíes ha vuelto a centrar la atención en la catástrofe humanitaria en Gaza y ha provocado una renovada movilización entre los movimientos de solidaridad en todo el mundo.
Agregó que la "flota de 1.000 barcos" será más completa y coordinada que la Flotilla de la Libertad de 2010, liderada por el Mavi Marmara.
Según una declaración conjunta firmada por decenas de organizaciones malasias, los objetivos de la acción naval son levantar inmediatamente el bloqueo, asegurar la ayuda humanitaria, proporcionar protección internacional a los residentes de Gaza y exigir cuentas a los líderes de la ocupación por los crímenes de guerra.
La iniciativa también busca presionar a los gobiernos para que asuman sus responsabilidades brindando protección a sus ciudadanos participantes, lo que aumentaría la presión internacional sobre Israel.
En un acontecimiento relacionado, activistas malasios organizaron una protesta frente a la sede de la Autoridad de Inversiones de Malasia, pidiendo el fin de los vínculos con empresas que apoyan la ocupación israelí, en particular la empresa estadounidense Caterpillar, acusada de suministrar equipos utilizados en operaciones de demolición y asentamiento. Los manifestantes consideraron que la continua cooperación con estas empresas constituye "complicidad en los crímenes de genocidio".
Mientras tanto, MAPIM anunció medidas prácticas para ampliar el alcance de la campaña, incluido el establecimiento de una secretaría internacional y un fondo financiero para apoyar los preparativos logísticos y técnicos para el lanzamiento de la flota, con invitaciones abiertas a empresas e individuos para contribuir al éxito de esta iniciativa.
Los observadores esperan que la iniciativa de la "Flotilla de 1.000 barcos" se convierta en un foco de atención mundial, especialmente a la luz de la creciente solidaridad popular con Gaza y el fracaso de las instituciones internacionales para detener la agresión israelí. Esto refuerza la necesidad de una acción independiente de la sociedad civil global.
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