Tulkarem – Saba:
Las fuerzas enemigas israelíes continuaron su agresión contra la ciudad de Tulkarem y su campamento en la Palestina ocupada hoy sábado, por 139.º día consecutivo, y en el 126.º día del campamento de Nur Shams, en medio de una escalada generalizada sobre el terreno, que incluye una campaña de arrestos y la continua demolición de viviendas palestinas.
La Agencia de Noticias Palestina (PAA) informó que las fuerzas enemigas continuaron imponiendo un férreo asedio a los campamentos de Tulkarem y Nur Shams y sus alrededores. Unidades y vehículos de infantería están desplegados en callejones, barrios y entradas, impidiendo que los residentes lleguen a sus casas para ver cómo están o recuperar sus pertenencias, mientras abren fuego directo contra cualquiera que intente acercarse.
Esta mañana, un joven de 16 años recibió un disparo en el pie por fuego enemigo al intentar entrar en el campamento de Tulkarm. Fue trasladado en una ambulancia de la Media Luna Roja Palestina al Hospital Gubernamental Mártir Thabet Thabet.
Durante ocho días consecutivos, el campamento de Tulkarm ha sido testigo de la demolición de edificios residenciales en los barrios de Balawneh, Akasha y Nadi, utilizando excavadoras pesadas. Esto forma parte del plan del enemigo para demoler 106 edificios en los campamentos de Tulkarm y Nur Shams, incluyendo 58 edificios solo en el campamento de Tulkarm, que comprenden más de 250 viviendas y docenas de establecimientos comerciales.
El campamento de Nur Shams ha sido escenario de continuas demoliciones de edificios residenciales durante las últimas semanas, lo que ha resultado en la demolición de más de 20. Esto forma parte del plan del enemigo para demoler 48 edificios en Nur Shams, con el pretexto de despejar carreteras y alterar la geografía de ambos campamentos.
Las fuerzas enemigas israelíes siguen transformando la calle Nablus en un cuartel militar al tomar posesión de varios edificios residenciales, así como de partes del barrio norte de la ciudad, en concreto los que dan al campamento de refugiados de Tulkarem, tras evacuar por la fuerza a sus residentes. Algunos de estos edificios llevan más de cuatro meses bajo control enemigo, mientras que las fuerzas israelíes han desplegado maquinaria pesada y excavadoras en los alrededores.
La calle Nablus, que conecta los campamentos de refugiados de Tulkarem y Nur Shams, también ha sufrido daños significativos debido a los montículos de tierra colocados por las fuerzas israelíes hace varios meses. Esto se ve agravado por su fuerte presencia y la instalación de puestos de control improvisados y móviles, que impiden la circulación de vehículos y aumentan el sufrimiento de los civiles palestinos.
La ciudad de Tulkarem y sus alrededores también están siendo testigos de una intensa actividad de las fuerzas israelíes, incluyendo unidades de infantería y refuerzos militares, las 24 horas del día. Estas fuerzas obstruyen deliberadamente la circulación de ciudadanos y vehículos, haciendo sonar sus bocinas de forma provocativa y conduciendo en sentido contrario al tráfico.
Las fuerzas enemigas israelíes arrestaron a los ciudadanos palestinos Baha' Bassam Shadid y Muhammad Ibrahim Sukkar tras allanar sus viviendas en el barrio norte de la ciudad.
Las fuerzas israelíes también continuaron cerrando la puerta de hierro del puesto de control militar de Anab, en la entrada oriental de la ciudad, impidiendo el paso de vehículos. También están presentes ocasionalmente en la entrada sur de la ciudad, concretamente alrededor de la puerta del Puente de Jabara, obstruyendo el tráfico y cerrando la puerta con frecuencia.
La continua agresión israelí contra la ciudad y sus dos campamentos ha causado hasta la fecha la muerte de 13 civiles, entre ellos un niño y dos mujeres, una de las cuales estaba embarazada de ocho meses. Esto también ha provocado decenas de heridos y detenidos, así como la destrucción generalizada de infraestructuras, viviendas, comercios y vehículos.
Según los últimos datos, la escalada ha desplazado a más de 5.000 familias de los dos campamentos, lo que representa a más de 25.000 ciudadanos. Al menos 400 viviendas han quedado completamente destruidas y 2.573 han sufrido daños parciales. Las entradas a los campamentos permanecen bloqueadas con barricadas, convirtiéndolos en zonas prácticamente sin vida.
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