Ginebra – Saba:
El portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Thamin al-Khitan, confirmó el martes que los hambrientos residentes de Gaza se enfrentan a una elección inhumana entre morir de hambre o arriesgarse a morir mientras intentan acceder a alimentos.
Al-Khitan declaró que el ejército enemigo israelí ha bombardeado y disparado a civiles que intentan llegar a los puntos de distribución de alimentos desde que la Fundación Humanitaria de Gaza comenzó a operar el 27 de mayo, según la Agencia de Prensa Quds.
Explicó que el bombardeo causó la muerte de más de 410 palestinos, además de al menos otros 93 que intentaban llegar a los convoyes humanitarios de las Naciones Unidas y otras organizaciones, lo que eleva el total a 503 palestinos. Al menos 3.000 personas resultaron heridas en estos incidentes, y es probable que la cifra aumente debido a la agresión israelí.
Consideró que "la muerte y las heridas de civiles como resultado del uso ilegal de armas de fuego constituyen una grave violación del derecho internacional y un crimen de guerra".
Al-Khaitan exigió una investigación pronta e imparcial de cada asesinato y que los responsables rindan cuentas.
Afirmó que la población de Gaza sufre hambre y escasez de productos básicos debido al bloqueo y cierre israelíes, así como a las restricciones ilegales impuestas a la entrada y distribución de ayuda humanitaria.
Señaló que Israel ha destruido sistemáticamente la producción alimentaria local y la economía, y ha llevado a cabo reiteradas operaciones de desplazamiento forzado durante los últimos 20 meses.
El portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos confirmó que Israel sigue imponiendo severas restricciones a la labor de las Naciones Unidas y las organizaciones humanitarias, impidiendo la entrada y distribución de alimentos, combustible y ayuda esencial. Señaló que, desde el 2 de marzo, solo se ha permitido la entrada a Gaza a un número muy limitado de camiones.
Declaró: «Estamos presenciando escenas de caos en torno a los puntos de distribución de alimentos de la Fundación Humanitaria de Gaza y los escasos convoyes de la ONU, donde grupos vulnerables —mujeres, niños, ancianos y personas con discapacidad— se enfrentan a enormes desafíos y probablemente se vean expuestos a crecientes formas de abuso».
Al-Khaitan criticó el mecanismo militar de distribución de ayuda humanitaria adoptado por Israel, subrayando que contraviene las normas internacionales, pone en peligro a la población civil y contribuye al agravamiento de la catástrofe humanitaria.
Consideró que la «utilización de alimentos como arma» y la «negación del acceso a servicios vitales» constituyen «crímenes de guerra» y pueden, en algunas circunstancias, constituir elementos de otros delitos de derecho internacional.
La Comisión de la ONU instó al enemigo israelí a cesar de inmediato los disparos contra los civiles que buscan alimentos, permitir la entrada de ayuda humanitaria y levantar las restricciones a la labor de las Naciones Unidas y las organizaciones humanitarias. Se enfatizó la responsabilidad de terceros Estados de tomar medidas concretas para garantizar que Israel, como potencia ocupante, cumpla con sus obligaciones legales de proporcionar alimentos y cubrir las necesidades básicas de la población de Gaza.
Con el apoyo de Estados Unidos y Europa, el ejército enemigo israelí ha continuado cometiendo crímenes de genocidio en la Franja de Gaza desde el 7 de octubre de 2023, lo que ha causado la muerte de 56.077 civiles palestinos, la mayoría de los cuales son niños y mujeres, y heridas a otras 131.848 personas. Hasta la fecha, este es un balance preliminar, con miles de víctimas aún bajo los escombros y en las calles, sin que puedan ser atendidas por ambulancias y equipos de rescate.
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