Sanaá - Saba:
En el marco de la firme postura de Yemen, en consonancia con la situación actual y las repercusiones de la escalada sionista contra Gaza e Irán, las Fuerzas Armadas yemenítas anunciaron que atacarían a buques y buques de guerra estadounidenses en el Mar Rojo si Washington realizaba cualquier ataque contra la República Islámica de Irán.
Esta decisión llega en un momento crítico y extremadamente delicado, lo que confirma que Yemen siempre está presente en la batalla nacional y que sus problemas son indivisibles, desde Palestina hasta Líbano y Siria, e incluso Irán, que actualmente enfrenta una flagrante agresión sionista-estadounidense.
La postura de Saná no fue un incidente aislado ni una reacción pasajera. Más bien, es una extensión de un principio profundamente arraigado de confrontar la hegemonía, rechazar la tutela y defender a los oprimidos. La causa palestina nunca ha estado separada del proyecto de liberación árabe e islámico de las fuerzas de la tiranía global. Además, la agresión contra Irán no puede entenderse fuera del contexto de la batalla mayor entre el eje de la resistencia y el proyecto de la arrogancia global.
Desde su creación en el cuerpo nacional hace ochenta años, la entidad sionista no ha dejado de sembrar discordia y provocar guerras en la región, bajo el amparo del apoyo estadounidense y occidental y con la cobertura y complicidad de los regímenes árabes en proceso de normalización.
Los crímenes de la entidad sionista se han extendido más allá de las fronteras de Palestina, extendiéndose al Líbano, Siria, Irak y Yemen. Hoy, ataca directamente a Irán, desafiando todas las normas y convenciones internacionales y cometiendo crímenes de guerra absolutos bajo pretextos endebles y carentes de legitimidad.
Israel, ahora liderado por los extremos del extremismo sionista bajo el liderazgo de Netanyahu, Ben-Gvir y Smotrich, se ha convertido en una amenaza directa para la seguridad regional con su comportamiento agresivo, sus acciones provocadoras y su proyecto basado en el derramamiento de sangre, la expansión y la ocupación.
La intrusión sionista no habría continuado sin la complicidad de los regímenes títeres, el vergonzoso silencio internacional y la vergonzosa e incapaz incapacidad internacional para contener a esta entidad, que no ha dejado a ningún Estado árabe indemne de su interferencia ni ha sido blanco de ataques militares o de seguridad.
Los observadores creen que la agresión contra Irán representa el colmo de la imprudencia israelí y un intento desesperado por escapar de sus crisis internas y arrastrar a la región a una guerra generalizada, sin percatarse de que el eje de la resistencia está hoy más preparado, es más poderoso y está más coordinado que nunca.
Durante la primera semana de su agresión contra Irán, la entidad sionista sufrió duros golpes a su aparato militar y de seguridad. Sin embargo, su arrogancia aún no se ha quebrado. En cambio, ha persistido en su injerencia en la mayoría de los países árabes e islámicos, continuando con su comportamiento terrorista.
Lo cierto es que el proyecto sionista-estadounidense, basado en guerras, terrorismo, ocupación y arrogancia, solo conducirá a más conflictos y crisis en la región y el mundo, mientras el mundo siga ignorando los crímenes de la entidad sionista y sus flagrantes ataques a la soberanía y la seguridad de los pueblos, con la clara cobertura y el apoyo de Estados Unidos.
Con la entrada de Estados Unidos en la agresión en nombre de Israel, todos los frentes de confrontación y apoyo tuvieron que movilizarse, en particular el frente yemení, que apoya y defiende las causas de la nación y afirmó claramente que la batalla del Mar Rojo estaría presente si la situación lo requería.
Yemen, que ha hablado y actuado en todos los ámbitos de la confrontación, no puede deponer las armas ni permanecer de brazos cruzados ante cualquier agresión contra cualquier país árabe o islámico. Esto ha sido enfatizado por las fuerzas armadas, que respaldarán a cualquier país árabe o islámico sometido a la agresión sionista.
En resumen: La lucha contra la entidad sionista y sus aliados no es una opción, sino una responsabilidad asumida por pueblos libres que rechazan la esclavitud y la tiranía y creen que la liberación solo se logra con un arma, y que la soberanía no se puede mendigar, sino arrebatar.
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