Ramallah-Saba:
El Centro Palestino Hemaya para los Derechos Humanos condenó el nuevo crimen cometido por las fuerzas de ocupación israelíes la madrugada del lunes contra el barco Madeleine, que navegaba en aguas internacionales hacia la Franja de Gaza. El barco transportaba a 12 activistas por la paz y los derechos humanos, además de ayuda humanitaria simbólica destinada a romper el bloqueo impuesto a más de dos millones de palestinos en la Franja.
El Centro Hemaya declaró en un comunicado, difundido por medios palestinos, que había dado seguimiento a este crimen, subrayando que el ataque al barco Madeleine no es un incidente aislado, sino que se enmarca en un crimen más amplio: el genocidio y la hambruna sistemática perpetrados por las fuerzas de ocupación contra la población civil en la Franja de Gaza al destruir las cadenas de suministro, impedir la entrada de ayuda humanitaria y atacar las labores de socorro. Esto refleja una clara intención de genocidio, tal como se estipula en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948.
Enfatizó que impedir que el barco "Madeleine" llegara a Gaza refuerza la política de castigo colectivo y expone una vez más la incapacidad de la comunidad internacional para proteger a la población civil y garantizar la entrega de ayuda humanitaria, lo que alienta a la ocupación israelí a seguir cometiendo crímenes sin rendir cuentas.
El Centro exigió la liberación inmediata de todos los activistas detenidos a bordo del barco "Madeleine", que se revele su paradero y se garantice su seguridad. También exigió una investigación internacional urgente sobre el delito de piratería cometido por la ocupación israelí, un delito sujeto a la jurisdicción de la Corte Penal Internacional.
Exigió la apertura de corredores humanitarios seguros —terrestres, marítimos y aéreos— hacia la Franja de Gaza para poner fin a la política de hambruna y genocidio que se ha practicado durante más de ocho meses.
Hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que tome medidas inmediatas y prácticas para imponer sanciones al Estado ocupante y cesar todo tipo de apoyo político y militar.
El Centro señaló que el continuo silencio internacional constituye complicidad en este delito, socava los principios del derecho internacional humanitario y debilita el prestigio de las Naciones Unidas.
El Centro Hemaya enfatizó que el movimiento internacional popular y de derechos humanos para romper el asedio a Gaza, encarnado por el viaje de la Madeleine, representa la conciencia viva de la humanidad y debe ser protegido y apoyado, no reprimido ni detenido. Según lo documentado por activistas antes de que se cortara la comunicación, cañoneras y drones israelíes rodearon el buque, interfirieron sus comunicaciones y lanzaron sobre él material desconocido antes de asaltarlo y arrestar arbitrariamente a las personas a bordo. Esta conducta constituye un delito de piratería marítima en toda regla y una flagrante violación del derecho internacional, en particular de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y los Convenios de Ginebra.
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