Mina - Saba:
Los peregrinos acudieron a Mina al amanecer del décimo día de Dhu al-Hijjah, cantando "Allahu Akbar" (Dios es el Más Grande) y glorificándolo. Dios los bendijo con la llegada al Monte Arafat, tras haber realizado el mayor pilar del Hajj. Luego pasaron la noche en Muzdalifah, rodeados del cuidado y la protección de Dios, en un ambiente de fe.
Tras llegar a Mina, los peregrinos comenzaron la lapidación de Yamarat al-Aqaba, siguiendo la Sunna del Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él).
Tras la lapidación de la Yamarat al-Aqaba en este día, los peregrinos deben sacrificar sus animales, afeitarse la cabeza, circunvalar la Casa Sagrada y caminar entre Safa y Marwa.
En Mina, los peregrinos continúan sus rituales, pasando los días de Tashreeq, recordando frecuentemente a Dios y agradeciéndole la bendición del Hajj. Completan la lapidación de las tres Yamarat, comenzando por la más pequeña, luego la mediana y finalmente la más grande, cada una con siete piedras.
La presencia de los peregrinos se caracteriza por la calma y la serenidad, rodeados por el cuidado de Dios Todopoderoso.
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