Washington-Saba:
Un nuevo estudio científico ha descubierto que la lepra estaba presente en América mucho antes de la colonización europea, contrariamente a la creencia generalizada de que la enfermedad fue introducida por los colonos europeos. Esto sugiere que los nativos americanos ya habían estado muriendo a causa de la enfermedad durante siglos.
Se sabe que la causa principal de la lepra es una bacteria llamada Mycobacterium leprae, y los investigadores todavía creen que los europeos la introdujeron en América. Sin embargo, en aquel momento parece haberse identificado una razón menos conocida.
Un nuevo estudio realizado por un equipo internacional de investigadores, publicado en la revista Science, descubrió que otra bacteria, Mycobacterium lepromatosis (una causa menos común de lepra), estaba presente en el ADN de restos humanos antiguos de Canadá y Argentina que datan de al menos 1.000 años atrás.
“Este descubrimiento cambia nuestra comprensión de la historia de la lepra en las Américas”, afirma la genómica Maria Lopopolo del Instituto Pasteur en Francia. “Esto demuestra que una forma de la enfermedad ya era endémica entre las poblaciones indígenas mucho antes de la llegada de los europeos”.
Mycobacterium leprae se detectó por primera vez en un paciente en los Estados Unidos en 2008 y desde entonces también se ha encontrado en ardillas rojas (Sciurus vulgaris) en el Reino Unido. Los investigadores sugieren que probablemente se extendió desde Estados Unidos al Reino Unido en el siglo XIX.
En colaboración con las comunidades indígenas locales, en relación con el manejo de restos ancestrales, los investigadores analizaron el ADN de un total de 389 muestras de humanos antiguos y 408 muestras de humanos modernos. Basándose en los resultados, dibujaron un árbol genealógico genético para la bacteria de la lepra.
Aunque las antiguas muestras canadienses y argentinas estaban separadas por miles de kilómetros, eran notablemente similares genéticamente. Esto indica una rápida propagación de la lepra en el continente americano.
Basándonos en la cronología ensamblada a partir del ADN, es probable que las diferentes cepas de M. leprae divergieran de un ancestro común hace más de 9.000 años. Con todos estos mil años de evolución, el equipo dice que es probable que todavía queden formas más diversas de bacterias por descubrir en las Américas.
"Estamos apenas empezando a descubrir la diversidad y el movimiento global de este patógeno recién descubierto", afirma el biólogo Nicolas Rascovin del Instituto Pasteur. "Este estudio nos permite plantear la hipótesis de la existencia de reservorios animales desconocidos para este virus".
Todo esto añade una dimensión adicional valiosa a nuestra comprensión de la historia de las Américas y de la lepra. Proporciona a los investigadores datos extremadamente importantes sobre el desarrollo y la diversidad de la enfermedad.
Las enfermedades infecciosas desempeñan un papel importante en la historia de América del Norte, del Sur y Central; la llegada de los europeos trajo consigo una serie de nuevos patógenos que las comunidades indígenas no estaban biológicamente preparadas para enfrentar.
Ahora sabemos que el aspecto de la lepra es más complejo de lo que pensábamos anteriormente. Cada año se notifican aproximadamente 200.000 nuevos casos de la enfermedad en todo el mundo, aunque ya es tratable y curable con medicamentos modernos.
“Este estudio demuestra claramente cómo el ADN antiguo y moderno puede reescribir la historia de los patógenos humanos y ayudarnos a comprender mejor la epidemiología de las enfermedades infecciosas contemporáneas”, afirma Rascovan.
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