Sana'a-Saba: Escrito por: Editor político
Yemen mantiene una postura integral de apoyo a Gaza desde una perspectiva religiosa, humanitaria, moral y ética, y esto se ha hecho bien conocido a nivel nacional, árabe, regional e internacional. Esta importante postura ha tenido un profundo impacto en la moral de los muyahidines de Gaza, que se enfrentan a la maquinaria de guerra sionista, estadounidense y occidental.
Así lo dejó claro el líder de la revolución, Sayyed Abdul-Malik al-Houthi, en su reciente discurso, en el que repasó los últimos acontecimientos a nivel nacional y palestino. Con sus modestas capacidades, Yemen fue el único país árabe que adoptó una posición honorable al frente de la batalla en apoyo de Gaza, soportando la más brutal agresión estadounidense, sionista y británica durante más de un mes.
Las incursiones bárbaras destruyeron bienes civiles, mataron a civiles desarmados, sembraron el terror entre ellos y perturbaron la paz pública. Con todos los buques de guerra, portaaviones y aviones de combate modernos que posee el enemigo, continuó bombardeando histéricamente en varias ocasiones sin ningún resultado notable, hasta que llegó a un estado de desesperación y comenzó a buscar una salida de este atolladero en el que había caído hasta que llegó la declaración del presidente de los Estados Unidos en la que dijo que había ordenado el cese de las operaciones militares en Yemen después de un acuerdo al respecto, afirmando que Saná se había rendido en una declaración para consumo local e internacional y para salvar las apariencias que Yemen había arrastrado al barro.
La verdad es que Yemen nunca se rendirá en ninguna batalla que libre. Esto está documentado a lo largo de la historia. Cualquiera que quiera saber más debería regresar a la historia yemení y sus diversas guerras para conocer la verdad completa. Yemen fue y seguirá siendo un cementerio para invasores.
Un análisis más detallado revela que ningún jefe de Estado en ninguna parte del mundo se ha enfrentado a un presidente estadounidense, le ha dicho que no, se ha opuesto a sus políticas o ha adoptado una postura de confrontación contra él, excepto en Yemen. Lo que está ocurriendo ahora es una verdadera confrontación entre la República de Yemen y el que se considera el país más poderoso del mundo, los Estados Unidos de América.
Los observadores de este enfrentamiento al principio compadecieron a Yemen, considerándolo un enfrentamiento desigual. Sin embargo, esta visión cambió rápidamente y se transformó en admiración por la firmeza yemení frente al país más poderoso del mundo. Esta postura es un motivo de orgullo para todos los ciudadanos yemeníes y árabes y una condena a todos los regímenes árabes que han caído como hojas de otoño en el pantano sionista-estadounidense y han recurrido sin restricciones a una normalización humillante, con la esperanza de que estos últimos protejan a regímenes que se desmoronan y que no tienen visión nacional, ni valores, ni principios, ni moral.
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