Sana'a - Saba:
El Ministro de Asuntos Exteriores y Expatriados, Gamal Amer, envió una carta al Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, al Presidente del Consejo de Seguridad para abril de 2025, al Secretario General de las Naciones Unidas, al Secretario General de la Organización Marítima Internacional y al Director Ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, con respecto al crimen de guerra cometido por la agresión estadounidense al atacar el puerto de Ras Isa.
La carta abordó las repercusiones del crimen de guerra en toda regla cometido por los Estados Unidos de América, que atacaron directamente el puerto petrolero de Ras Issa en la Gobernación de Al Hudaydah y atacaron deliberadamente a los paramédicos, a pesar de que se trata de una instalación vital de naturaleza puramente civil y económica y no posee ningún carácter militar que justifique su ataque.
En la carta, el Ministro Amer subrayó que este acto agresivo no sólo era una flagrante violación de la soberanía de la República de Yemen y de la Carta de las Naciones Unidas, sino también una grave violación de los principios y normas del derecho internacional humanitario y del derecho ambiental internacional.
Señaló que este ataque destruyó completamente la infraestructura civil del puerto de Ras Isa, pero más grave, la agresión estadounidense provocó un desastre ambiental marino, representado por el derrame de cantidades masivas de productos petrolíferos en las aguas territoriales del Mar Rojo y áreas vecinas.
El Canciller señaló que este derrame amenaza con destruir frágiles ecosistemas marinos, incluidos los arrecifes de coral y las zonas de desove de peces, erradicar la biodiversidad única de la región, contaminar la costa y devastar los medios de vida de miles de ciudadanos que dependen del mar para su vida diaria, particularmente en el sector pesquero.
Los Estados Unidos de América tienen plena responsabilidad internacional por el crimen de guerra cometido en el puerto de Ras Isa, por el ataque y sus desastrosas consecuencias. Esta responsabilidad se basa en su flagrante violación de múltiples obligaciones internacionales derivadas de tratados internacionales y del derecho internacional consuetudinario, entre ellas: violaciones al derecho internacional humanitario (derecho de los conflictos armados), según el cual la agresión estadounidense al puerto de Ras Isa se considera una violación de los principios básicos que rigen la conducción de las hostilidades, así como violaciones al derecho internacional ambiental, dado que la agresión estadounidense al puerto de Ras Isa pasó más allá de ser un mero acto hostil, a representar un ataque directo al medio marino protegido por el derecho internacional.
El Ministro Amer enfatizó que proteger la paz y la seguridad internacionales, garantizar el respeto al derecho internacional y preservar el medio ambiente global no es responsabilidad de un solo país, sino una responsabilidad colectiva que recae en toda la comunidad internacional, representada por las Naciones Unidas.
Exhortó a la Asamblea General de las Naciones Unidas, al Consejo de Seguridad, al Secretario General de las Naciones Unidas, al Secretario General de la Organización Marítima Internacional y al Director Ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente a que asuman sus responsabilidades adoptando medidas decisivas y urgentes, en particular condenando la agresión estadounidense al puerto petrolero civil de Ras Isa, que causó un desastre ambiental y se describe como una grave violación del derecho internacional.
También pidió la formación y el envío urgente de un comité de investigación internacional independiente para investigar los hechos que rodearon la agresión estadounidense, documentar las violaciones del derecho internacional humanitario y del derecho ambiental internacional, y determinar de manera precisa y objetiva el alcance del daño ambiental y económico.
El Ministro de Asuntos Exteriores y Expatriados concluyó la carta enfatizando que la República del Yemen, al tiempo que coloca el desastre humanitario y ambiental resultante del derrame de petróleo y sus graves consecuencias ante la conciencia de la comunidad internacional, enfatiza la urgente necesidad de una respuesta internacional unificada, fuerte y efectiva. Agregó que no hacer frente a la intimidación estadounidense y sus flagrantes violaciones socavará los cimientos del sistema legal internacional, amenazará la paz y la seguridad regionales e internacionales y causará daños irreparables a nuestro ambiente marino compartido.
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