Washington-Saba:

Los medios de comunicación estadounidenses informaron que Estados Unidos utilizó anoche aproximadamente 30 misiles Tomahawk para atacar instalaciones nucleares iraníes, lanzados desde submarinos.

Fox News informó el domingo, sin revelar la fuente de la información, que los objetivos de estos ataques eran instalaciones de infraestructura nuclear ubicadas en las ciudades de Natanz e Isfahán.

El sábado por la noche, Estados Unidos lanzó una flagrante agresión contra Irán, atacando tres instalaciones nucleares iraníes en Natanz, Fordow e Isfahán. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que el objetivo de los ataques era limitar las capacidades nucleares de Irán, y enfatizó que Teherán debe aceptar "poner fin a esta guerra" o enfrentar consecuencias aún más graves.

Por su parte, el Parlamento iraní anunció que Teherán había previsto un ataque a la instalación nuclear de Fordow y la había evacuado con antelación, dejándola a salvo de daños irreparables. Mientras tanto, la Organización de Energía Atómica de Irán confirmó que Teherán no tiene intención de detener el desarrollo de su programa nuclear a pesar de los ataques.

El ataque estadounidense provocó reacciones internacionales negativas, y el secretario general de la ONU, António Guterres, lo describió como "una peligrosa escalada en la región y una amenaza directa a la paz y la seguridad internacionales".

El canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, también condenó la agresión estadounidense contra Irán, calificándola de "acto irresponsable, criminal, violatorio del derecho internacional y de consecuencias imprevistas".

En contraste, el congresista republicano Thomas Massie criticó los ataques estadounidenses, considerándolos inconstitucionales, mientras que la representante demócrata Alexandria Ocasio-Cortez de Nueva York calificó lo sucedido como "justificación para un impeachment".