Jerusalén – Saba:
La Gobernación de Jerusalén condenó la intrusión israelí sin precedentes en los derechos religiosos y humanos de los palestinos, especialmente en la sagrada Mezquita de Al-Aqsa.
La Gobernación de Jerusalén confirmó en un comunicado que las autoridades israelíes continuaron imponiendo estrictas restricciones a la Mezquita de Al-Aqsa por séptimo día consecutivo el jueves, señalando que la política de "fieles por número" sienta un peligroso precedente al atentar contra la libertad de culto.
La Gobernación declaró que las autoridades israelíes comenzaron a implementar la política de "fieles por número" ayer miércoles por la noche, tras seis días consecutivos de cerrar completamente las puertas de la Mezquita de Al-Aqsa a los fieles, en lo que describió como "el precedente más peligroso desde la pandemia del coronavirus". El comunicado explicó que las fuerzas israelíes permitieron el acceso de solo 450 fieles para la oración del mediodía del jueves por Bab al-Hatta, y luego cerraron inmediatamente la puerta para impedir la entrada y la salida. Mientras tanto, los empleados del Waqf pudieron entrar por Bab al-Silsila y Bab al-Hatta bajo estricta supervisión.
Afirmó que las fuerzas israelíes, en cambio, abrieron Bab al-Maghariba a los colonos, y 133 colonos irrumpieron en la Mezquita de Al-Aqsa durante la mañana, además de una persona que entró bajo la apariencia de "turismo", bajo estrictas medidas de seguridad.
La Gobernación de Jerusalén consideró estas medidas una peligrosa escalada destinada a imponer un nuevo hecho consumado que allana el camino para cambiar el statu quo histórico y legal de la Mezquita de Al-Aqsa, aprovechando el clima de guerra regional para implementar sus planes.
Se enfatizó que la política de cierre y control de multitudes ha paralizado casi por completo la vida en la Ciudad Vieja, ya que se ha impedido la entrada a quienes no tienen documentos de identidad, mientras que las sinagogas y los mercados han permanecido abiertos con normalidad.
Se instó a la comunidad internacional y a las partes interesadas a asumir sus responsabilidades jurídicas y humanitarias, tomar medidas urgentes para detener estas violaciones y obligar a las autoridades enemigas israelíes a respetar el statu quo histórico y legal de la Mezquita de Al-Aqsa y a levantar todas las restricciones impuestas a la Ciudad Vieja y a sus residentes.
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