Gaza-Saba:
El Dr. Marwan al-Hamas, jefe de los hospitales de campaña en la Franja de Gaza, confirmó que el enemigo sionista llevó a cabo una campaña sistemática contra la infraestructura sanitaria en la ciudad de Gaza y el norte de la Franja de Gaza, dejando completamente fuera de servicio aproximadamente el 90% de las instalaciones sanitarias.
Al-Hamas explicó en comunicados de prensa el jueves que la Gobernación del Norte de Gaza ha dejado completamente de recibir servicios médicos después de que hospitales y centros de salud fueran atacados directa y repetidamente, el más reciente de los cuales fue el Hospital Al-Awda, la última instalación médica que brindaba servicios de emergencia a los residentes del área afectada. Señalando que esta estrategia se enmarca en una clara política de exterminar al sector humanitario y empujar a la población al desplazamiento forzado.
Añadió: «Atacar el Hospital Al-Awda supone, en la práctica, el colapso total del sector sanitario en la región, en un momento en que decenas de miles de pacientes y heridos sufren la falta de atención médica, una grave escasez de medicamentos y equipos, y la ausencia total de un entorno de tratamiento seguro».
Señaló que esta política no es aleatoria, sino más bien parte de un plan deliberado israelí destinado a vaciar el norte de la Franja de Gaza de sus residentes destruyendo los cimientos de la vida, especialmente el sector de la salud, que representa el último recurso para los civiles atrapados bajo los bombardeos, el asedio y el hambre.
Al-Hamas enfatizó que continuar con esta política conducirá a una catástrofe sanitaria y humanitaria sin precedentes, especialmente dada la falta de hospitales en funcionamiento, el colapso de los servicios de ambulancia y la dificultad de transportar pacientes y heridos a otras áreas debido a los bombardeos constantes y la falta de carreteras seguras.
Instó a la comunidad internacional, a las organizaciones humanitarias y a las organizaciones de derechos humanos a intervenir urgentemente para detener esta destrucción sistemática y proteger al personal médico y las instalaciones sanitarias restantes, subrayando que atacar hospitales y trabajadores sanitarios constituye un crimen de guerra en toda regla según el derecho internacional.
Concluyó sus comentarios subrayando que "lo que está sucediendo no es sólo una flagrante violación de los derechos humanos, sino más bien una aplicación práctica de la política de genocidio, en la que el enemigo utiliza las herramientas del asesinato, el hambre y la negación de tratamiento médico para obligar a los civiles a una sola opción: huir de su tierra".
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