Nueva York-Saba:
Un informe de las Naciones Unidas reveló que la inseguridad alimentaria aguda y la desnutrición infantil exacerbaron el sufrimiento de millones de personas en algunas de las regiones más vulnerables del mundo por sexto año consecutivo en 2024.
Según el Informe mundial sobre crisis alimentarias, los conflictos, las crisis económicas, los fenómenos climáticos extremos y los desplazamientos forzados siguieron impulsando la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todo el mundo, teniendo consecuencias desastrosas en muchas regiones ya de por sí frágiles.
Según el informe, en 2024, más de 295 millones de personas en 53 países y territorios experimentaron niveles agudos de hambre, un aumento de 13,7 millones de personas con respecto a 2023. Es motivo de grave preocupación el empeoramiento de la prevalencia de la inseguridad alimentaria aguda, que ahora se sitúa en el 22,6 por ciento de la población evaluada. Este es el quinto año consecutivo en que esta cifra se mantiene por encima del 20 por ciento.
El número de personas que enfrentan hambre catastrófica (hambruna) –Fase 5 de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases– aumentó más del doble en el mismo período hasta alcanzar 1,9 millones de personas, el nivel más alto registrado desde que se empezó a realizar el seguimiento del Informe mundial sobre las crisis alimentarias en 2016.
La desnutrición, especialmente entre los niños, ha alcanzado niveles extremadamente altos, incluso en la Franja de Gaza, Malí, Sudán y Yemen. Casi 38 millones de niños menores de cinco años sufrieron desnutrición aguda en 26 crisis alimentarias.
El informe también destaca un marcado aumento del hambre causado por el desplazamiento forzado, con casi 95 millones de personas desplazadas por la fuerza (incluidos desplazados internos, solicitantes de asilo y refugiados) que viven en países que enfrentan crisis alimentarias como la República Democrática del Congo, Colombia, Sudán y Siria, de un total mundial de 128 millones de personas desplazadas por la fuerza.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, afirmó que este informe global sobre las crisis alimentarias es «una nueva muestra de un mundo peligrosamente descarrilado. Las crisis de larga data se ven ahora agravadas por una crisis más reciente: la drástica disminución de la financiación humanitaria vital para responder a estas necesidades. Esto es más que un fallo de los sistemas: es un fallo de la humanidad. El hambre en el siglo XXI es insostenible. No podemos responder a estómagos vacíos con las manos vacías y con indiferencia».
Según el informe, los conflictos siguen siendo la principal causa de la inseguridad alimentaria aguda, que afecta a unos 140 millones de personas en 20 países y territorios. Se ha confirmado una hambruna en Sudán, mientras que otros puntos críticos donde la gente está experimentando niveles catastróficos de inseguridad alimentaria aguda incluyen la Franja de Gaza, Sudán del Sur, Haití y Malí.
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