
Khan Yunis - Saba:
Anwar Basisa, un sencillo comerciante de unos cuarenta años de Khan Yunis, nunca imaginó que ir a buscar ayuda para sus hijos cambiaría su vida para siempre.
El 27 de mayo, entre miles de personas necesitadas reunidas en los puntos de distribución de ayuda al oeste de Rafah, era su única oportunidad de alimentar a su familia bajo el duro asedio.
En estos puntos, controlados por las fuerzas enemigas israelíes y sus francotiradores, las filas para recibir alimentos se convirtieron en campos de batalla y constantes amenazas a la vida.
Mientras Anwar yacía en el suelo, se escuchó una repentina ráfaga de disparos. Corrió a ayudar a un joven que había resultado herido frente a él. Sin embargo, también recibió un disparo directo en la espalda, que le atravesó la médula espinal y lo dejó parcialmente paralizado.
Según el Centro de Información Palestino, Anwar se encuentra ahora en el Hospital Nasser, inmovilizado por la mitad de su cuerpo, mientras su familia lucha por cubrir sus necesidades básicas en una tienda de campaña precaria tras perder su sustento y su libertad.
Su afligida esposa dice: «No quería irse, pero no podía ver a sus hijos muriendo de hambre. Regresó con nosotros con el cuerpo paralizado y el corazón roto. Se convirtió en un necesitado de atención en lugar de ser nuestro apoyo».
La historia de Anwar es solo una de las miles que revelan la trágica realidad en la Franja de Gaza, donde buscar ayuda se convierte en una situación de riesgo vital en medio de una política de distribución de ayuda humanitaria controlada por las fuerzas de ocupación israelíes que priva a los civiles de sus derechos básicos.