
Sanaá - Saba:
El Centro Yemeníta para los Derechos Humanos condenó enérgicamente la continua agresión israelí contra Yemen y sus ataques contra instalaciones civiles y de servicios, incluidos los puertos de Hodeidah, Ras Issa y Salif, y la central eléctrica de Ras Katnib.
En un comunicado recibido por la Agencia de Noticias Yemeníta (Saba), el centro consideró que los ataques del enemigo sionista contra los puertos, que constituyen corredores humanitarios vitales para el transporte de alimentos y medicinas a millones de yemenítas, constituyen un crimen de guerra deliberado cuyo objetivo es provocar el hambre en los yemeníes y destruir sus medios de vida, en flagrante violación del derecho internacional humanitario.
La declaración enfatizó que estos crímenes violan explícitamente las convenciones internacionales, incluyendo los Convenios de Ginebra (1949) y el Protocolo Adicional I (1977), que prohíben atacar a civiles e infraestructura civil. También violan el Estatuto de Roma, que penaliza la destrucción generalizada de bienes civiles y prohíbe hacer padecer hambre a la población civil como método de guerra.
La declaración señaló que esto queda confirmado por la Resolución 3314 (1974) del Consejo de Seguridad: Artículo 3(c), que define los ataques contra infraestructura civil como un acto de agresión, así como por el Artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que garantiza el derecho de la población civil a la alimentación y al agua.
Afirmó que los ataques contra puertos humanitarios interrumpen el 70% de la entrada de ayuda humanitaria a Yemen, agravando lo que las Naciones Unidas califican como la peor crisis humanitaria del mundo, debido al bloqueo que se mantiene desde hace años. Este bloqueo ha provocado la muerte de decenas de miles de personas debido a la negación de alimentos y medicamentos, el colapso del sector sanitario y niveles catastróficos de desnutrición entre niños y mujeres.
La declaración enfatizó que los ataques contra instalaciones civiles en Yemen constituyen un eslabón de una cadena de genocidio sistemático, que exige al pueblo yemeníta tomar todas las medidas necesarias para defender legítimamente el derecho a la vida y la dignidad. Señaló que el derecho de las víctimas a la justicia no prescribe.
La declaración advirtió al mundo que su silencio constituye una clara complicidad con los continuos crímenes de la entidad sionista en Gaza, Yemen y otros países árabes e islámicos. Reiteró su condena al ensordecedor silencio internacional, especialmente el del Consejo de Seguridad, que no ha emitido una sola condena de estos crímenes a pesar de las bajas civiles desde el inicio de la agresión.
El Centro Yemení de Derechos Humanos pidió a los gobiernos árabes e islámicos que corten lazos con Israel, procesen a sus líderes ante la Corte Penal Internacional por sus crímenes de atacar a civiles y organicen campañas de presión para detener los suministros de armas a Israel y boicotear a las empresas que lo apoyan.