
Washington-Saba:
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se jactó de los ataques estadounidenses a las instalaciones nucleares de Irán, que constituyen una flagrante violación del derecho internacional, la Carta de las Naciones Unidas y las resoluciones del Consejo de Seguridad, diciendo que alcanzaron con precisión sus objetivos y alcanzaron niveles subterráneos profundos.
El mayor daño se produjo muy por debajo del suelo. ¡Dimos en el blanco con precisión! Trump escribió en su página Truth Social, citando imágenes satelitales que documentan los efectos de los ataques, según la agencia de noticias Novosti y RT.
En la noche del 22 de junio, Estados Unidos lanzó ataques contra tres instalaciones nucleares iraníes en Natanz, Fordow e Isfahán. Washington dijo que el ataque tenía como objetivo destruir o debilitar radicalmente el programa nuclear de Irán.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, agregó que Teherán debe aceptar "poner fin a esta guerra", o Irán enfrentará consecuencias más graves. En cambio, el vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, dijo después de los ataques —que la parte iraní calificó de bárbaros y criminales— que Estados Unidos no está en guerra con la República Islámica.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araqchi, afirmó: "La puerta a la diplomacia debe permanecer siempre abierta, pero ahora no es el momento adecuado". Subrayó que Estados Unidos había traicionado la diplomacia y señaló que Irán tomaría todas las medidas necesarias para proteger su seguridad e intereses nacionales. La Organización de Energía Atómica de Irán también anunció que el desarrollo de la industria nuclear de Irán no se detendrá.
Entre las reacciones internacionales, Rusia condenó enérgicamente los ataques estadounidenses contra las instalaciones nucleares iraníes, considerándolos una flagrante violación del derecho internacional, la Carta de las Naciones Unidas y las resoluciones del Consejo de Seguridad. Moscú también pidió al Organismo Internacional de Energía Atómica que dé una respuesta creíble a los acontecimientos. Además, tanto Cuba como China han condenado enérgicamente la operación estadounidense.