Desmantelamiento de células del Mossad en Teherán: una infiltración hostil convertida en una oportunidad para la superioridad de inteligencia


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Yemen News Agency SABA
Desmantelamiento de células del Mossad en Teherán: una infiltración hostil convertida en una oportunidad para la superioridad de inteligencia
[20/ junio/2025]
Sana'a - Saba: Jameel Al-Qashm
En uno de los enfrentamientos de seguridad más complejos que ha enfrentado la República Islámica de Irán desde la victoria de la revolución, los servicios de seguridad pudieron contener una brecha de inteligencia altamente peligrosa llevada a cabo por células de espionaje multinacionales lideradas por el Mossad israelí. Transformaron este desafío en una rara oportunidad de seguridad para cambiar el rumbo y exponer las herramientas del enemigo en lo profundo de Irán.
La operación recientemente revelada no fue una confrontación aislada, sino más bien un complejo esfuerzo de inteligencia que había sido planeado durante varios años. Además del Mossad, participaron las agencias de inteligencia de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Alemania, junto a actores árabes e islámicos. Estas redes se activaron en un momento preciso, con el objetivo de llevar a cabo operaciones de sabotaje y asesinato, como parte de una escalada de seguridad coordinada que coincidió con los ataques militares a Teherán.
Según fuentes bien informadas, las células desmanteladas habían alcanzado etapas avanzadas de implementación y fueron tratadas como parte de un plan de seguridad integral que absorbió el impacto y frustró una serie de complots de sabotaje contra instalaciones soberanas, marcando un cambio cualitativo en el curso de la confrontación con el enemigo sionista.
Los observadores creen que lo sucedido no puede leerse de forma aislada de un largo proceso de confrontación silenciosa que comenzó hace años, pasó por asesinatos e intentos de infiltración, y llegó a este capítulo, que reveló muchas cartas que se habían manejado en las sombras. Los servicios de inteligencia enemigos, especialmente el Mossad, no sólo perdieron a sus miembros, sino que también quemaron sus archivos, destruyeron sus redes y dejaron a sus agentes enfrentar su destino, en un momento en el que muchos analistas expresaron un colapso sobre el terreno a nivel de la guerra oculta.
En un contexto de campo relacionado, surgieron indicios claros del impacto de este logro en la estructura del enemigo, incluida la desaparición de señales de alerta temprana antes de los ataques iraníes. Aunque las agencias sionistas solían recibir notificaciones vía comunicaciones personales media hora antes de las operaciones y activaban las sirenas tan pronto como se acercaban los objetivos aéreos, estas señales se han desvanecido recientemente, lo que sugiere que Teherán ha secado las fuentes de espionaje que anteriormente enviaban información a los sistemas de defensa del enemigo.
Estos acontecimientos demuestran que el éxito del aparato iraní no se ha limitado a atacar activos enemigos, sino que también se ha extendido a los propios sistemas de alerta, haciendo que el panorama de seguridad de la entidad sionista sea más frágil de lo que sugiere su retórica oficial.
Los informes occidentales indican que Tel Aviv está atravesando una crisis interna después de perder lo que considera sus "ojos internos" en Teherán, a través de los cuales llevó a cabo operaciones sofisticadas en el pasado, incluidos asesinatos sensibles durante períodos de escalada. Con la exposición de estas redes, la inteligencia enemiga está perdiendo su capacidad de sorprender y Teherán está recuperando el control de la esfera de seguridad interna con un control más firme.
La operación iraní ocurrió en un contexto regional más amplio, caracterizado por una escalada mutua en múltiples frentes. Este avance en materia de seguridad constituye un factor importante que fortalece la posición de Irán a la hora de formular la ecuación de disuasión multidimensional, en particular considerando el compromiso constante de las fuerzas de resistencia de Yemen, Palestina y Líbano.
Los analistas coinciden en que lo ocurrido no fue una operación de seguridad aislada, sino más bien la culminación de un largo proceso proactivo y una dura prueba que Teherán superó con éxito. Teherán logró eliminar las máscaras de las grandes potencias que operan en las sombras y asestó un golpe a los centros de reclutamiento, financiación y planificación en el corazón del proyecto de inteligencia sionista.
Ha quedado claro que estas redes no eran células aisladas, sino más bien parte de una sala de operaciones regional vinculada directamente a agencias occidentales. Esta red había buscado durante mucho tiempo penetrar el tejido de seguridad de Irán, utilizando herramientas técnicas y humanas avanzadas, incluidos drones y agentes colocados en múltiples lugares dentro de la capital, Teherán.
El entorno geográfico de Irán no estaba muy alejado de esta ecuación. La complejidad del terreno, la inmensidad de su territorio y la densidad de población brindaron al enemigo oportunidades avanzadas de infiltración. Sin embargo, el profesionalismo de la vigilancia iraní frustró la apuesta y apretó el cerco alrededor de estas herramientas.
Los analistas confirman que desmantelar estas células representa más que un logro; Se trata de tomar la iniciativa del enemigo y establecer una nueva ecuación en la que la disuasión se realiza a través de múltiples herramientas: inteligencia, ejército, medios de comunicación y ciberseguridad.