Tulkarem - Saba:
Las fuerzas enemigas israelíes continúan su agresión contra la ciudad de Tulkarem y su campamento en el norte de Cisjordania ocupada por 127.º día consecutivo, y por 114.º día contra el campamento de Nur Shams, en medio de una escalada generalizada de violencia y un asedio asfixiante.
Las fuerzas enemigas han reforzado sus medidas en sus puestos de control militares cerca de las entradas de la ciudad, específicamente en el puesto de control militar de Anab, al este.
Fuentes locales informaron que las fuerzas enemigas controlan la apertura y el cierre del puesto de control arbitrariamente, obstruyendo la circulación de los ciudadanos y creando atascos de tráfico prolongados.
Añadió que, ocasionalmente, las fuerzas de ocupación establecen un puesto de control militar en la puerta del Puente de Jabara, al sur de la ciudad, donde detienen vehículos, los registran exhaustivamente e interrogan a los pasajeros. Estas medidas suelen incluir el cierre total del puesto de control y la prohibición total de paso.
Las fuerzas de ocupación continúan imponiendo un férreo asedio a los campos de refugiados de Tulkarem y Nur Shams. Sus fuerzas están desplegadas en los callejones y barrios, impidiendo a los residentes llegar a sus casas para ver cómo están o recuperar sus pertenencias, y abren fuego directamente contra cualquiera que intente acercarse.
Las fuerzas enemigas se han apoderado de varios edificios residenciales en la calle Nablus y en el barrio norte de la ciudad tras evacuar por la fuerza a sus residentes. Los han convertido en cuarteles militares, algunos de los cuales llevan más de tres meses bajo control de la ocupación.
La calle Nablus, que une los campos de refugiados de Tulkarem y Nur Shams, ha sufrido daños considerables debido a los montículos de tierra erigidos por las fuerzas de ocupación hace varios meses, que han impedido la circulación de vehículos y agravado el sufrimiento de los residentes. La agresión en curso ha causado hasta el momento la muerte de 13 civiles, además de decenas de heridos y detenidos, y la destrucción generalizada de infraestructuras, viviendas, comercios y vehículos.
Más de 4200 familias de los dos campamentos (más de 25 000 ciudadanos) han sido desplazadas. Al menos 400 viviendas han quedado completamente destruidas y otras 2573 han sufrido daños parciales. Las entradas a los campamentos permanecen bloqueadas con barricadas, convirtiéndolos en zonas prácticamente sin vida.