Washington-Saba:
Un nuevo estudio muestra que variaciones sutiles en la frecuencia cardíaca de una persona pueden proporcionar pistas sobre la probabilidad de un futuro deterioro cognitivo, lo que podría proporcionar una nueva prueba valiosa para los problemas cognitivos que sería rápida y fácil.
Esto es algo a lo que los investigadores dedican mucho tiempo, porque saber cuándo comienza el deterioro cognitivo y cómo progresa significa un mejor apoyo y una mayor claridad para los involucrados. Esta investigación también revela nuevos conocimientos sobre cómo se desarrollan estas afecciones y cómo pueden detenerse de forma permanente, según Science Alert.
En este estudio, publicado en el Journal of the American Heart Association, un equipo internacional analizó datos de frecuencia cardíaca durante una noche de sueño de 503 personas con una edad promedio de 82 años. También se realizaron pruebas cognitivas aproximadamente al mismo tiempo, así como en al menos una visita de seguimiento.
Utilizando un modelo estadístico llamado entropía de distribución que predice resultados de salud, los investigadores encontraron una asociación entre la complejidad de la frecuencia cardíaca (el grado en que la frecuencia cardíaca cambia y se adapta a lo largo de la noche) y el deterioro cognitivo en los años futuros.
“Una mayor complejidad de la frecuencia cardíaca se asocia con un deterioro cognitivo más lento en los adultos mayores”, escribieron los investigadores en su artículo publicado. Por el contrario, se encontró que una menor complejidad estaba asociada con un deterioro cognitivo acelerado... Estudios futuros deberían probar si la complejidad también está asociada con riesgos futuros de trastornos neurodegenerativos, como la demencia, y aclarar aún más las direcciones causales".
La entropía de distribución es un método alternativo relativamente nuevo para medir la frecuencia cardíaca y su correspondiente frecuencia de pulso en el cuerpo. Los investigadores ya han vinculado esta complejidad de los latidos cardíacos en reposo con otros riesgos para la salud, incluidos problemas cardíacos y respiratorios.
La idea es que un corazón más adaptable es un corazón más sano. Si el corazón pasa por un conjunto más complejo de cambios en respuesta a lo que sucede en el cuerpo, funciona de una manera más ágil y rápida, como un corredor que cambia de velocidad y dirección.
Ya se habían sugerido vínculos entre la variabilidad de la frecuencia cardíaca y la función cognitiva, pero este nuevo tipo de medición parece ir más allá, e incluso predecir problemas de salud cerebral antes de que aparezcan síntomas notables.
“La complejidad de la frecuencia cardíaca es un sello distintivo de la fisiología saludable”, afirma el ingeniero biomédico y fisiólogo computacional Bing Li del Hospital General de Massachusetts. “Nuestros corazones deben equilibrar la espontaneidad con la adaptabilidad, integrando las necesidades internas y los estresores externos”.
Los investigadores descubrieron que las medidas más tradicionales de frecuencia cardíaca no mostraron relación con el deterioro cognitivo posterior en este estudio, lo que sugiere que el enfoque de distribución de entropía puede ser más sensible a los cambios en la salud del cuerpo.
Ahora investigaciones futuras podrán examinar por qué existe esta relación y a través de qué tipo de vías biológicas opera. El equipo también quiere analizar si existe una relación entre la aparición de la demencia y el deterioro cognitivo.
"Los resultados confirman la utilidad de nuestro enfoque como medida no invasiva de la flexibilidad del corazón para responder a las señales del sistema nervioso", afirma Chenlu Gao, autor principal y científico del sueño en el Brigham and Women's Hospital. “Son relevantes para futuros estudios destinados a comprender la interacción entre la salud cardíaca y el envejecimiento cognitivo”.