
Sana'a - Saba:
La Organización Insan condenó la agresión estadounidense-sionista contra la Gobernación de Al Hudaydah, que resultó en la destrucción del puerto de Al Hudaydah y la fábrica de cemento Bajil, el martirio de dos trabajadores y al menos 42 civiles heridos, según un balance preliminar.
En un comunicado recibido por la Agencia de Noticias Yemenita (Saba), la Organización Insan consideró la agresión estadounidense-sionista como una clara violación de las normas del derecho internacional humanitario.
Subrayó que la decisión de Sana'a de enfrentar los crímenes en curso contra los civiles en la Franja de Gaza se basa en el artículo (8) del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, que obliga a los Estados a adoptar medidas efectivas para prevenir la ocurrencia de crímenes contra la humanidad, incluido el uso de los medios disponibles para disuadir al agresor.
La jactancia de Israel de haber utilizado 48 bombas guiadas para destruir completamente un puerto civil, como se informó en declaraciones oficiales a los medios hebreos, se considera evidencia concluyente de una intención deliberada de infligir el máximo daño a los civiles y la infraestructura, lo que constituye un crimen de guerra según las Convenciones de Ginebra.
La declaración explicó que el ataque deliberado al puerto de Hodeidah y a la fábrica de cemento de Bajel, incluidas instalaciones civiles, y las víctimas civiles resultantes, reflejan una política sistemática de castigo colectivo, sembrando el terror entre la población y cortando el sustento de millones de yemenitas. Esta conducta es criminal según el derecho internacional y no puede justificarse bajo ninguna circunstancia.
Insan advirtió contra los intentos de Israel de replicar sus tácticas de engaño mediático usando afirmaciones de "respuesta y defensa" como pretexto para ocultar crímenes claros y probados, una práctica que ha empleado consistentemente cada vez que se alzan voces internacionales condenando sus crímenes en Gaza.
Instó a la comunidad internacional a adoptar medidas urgentes, incluida la imposición de sanciones políticas, económicas y militares contra Israel, la detención de todas las formas de cooperación militar y de seguridad con él, la congelación de los activos financieros de los funcionarios implicados en la comisión o incitación a esos crímenes, la imposición de prohibiciones de viaje a estos funcionarios y la suspensión de los acuerdos y privilegios comerciales que contribuyen a financiar la maquinaria de matanza y violación.
La declaración enfatizó que estas violaciones no eximen a Israel de su responsabilidad legal bajo el derecho internacional, incluida su obligación de realizar investigaciones serias, exigir cuentas a los perpetradores y brindar reparación a las víctimas. Tampoco eximen a otros Estados de su responsabilidad jurídica de garantizar la impunidad.