La última cumbre de El Cairo... resultados decepcionantes y Sanaá advierte contra la reanudación de sus operaciones


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Yemen News Agency SABA
La última cumbre de El Cairo... resultados decepcionantes y Sanaá advierte contra la reanudación de sus operaciones
[08/ marzo/2025]

Sanaá - Saba:

Los resultados de la Cumbre Árabe celebrada en la capital egipcia, El Cairo, el miércoles pasado fueron decepcionantes para las esperanzas de los pueblos árabes e islámicos que anhelan la liberación de las fuerzas de la hegemonía global lideradas por "Estados Unidos e Israel", especialmente a la luz de la fase crítica que atraviesa la región, en particular la cuestión palestina.

A pesar de las continuas violaciones del alto el fuego en Gaza, Líbano y Siria por parte del enemigo israelí, apoyado por EEUU y Europa, los dirigentes participantes en la cumbre asumieron que adoptarían posiciones más firmes hacia la entidad sionista, que ha hundido a la región en un ciclo de conflictos, violencia, crímenes y masacres durante más de ocho décadas, cobrando la vida de cientos de miles de personas, la mayoría de ellas en Palestina.

Es cierto que la cumbre, que se denominó "Cumbre de Palestina", se centró en la cuestión palestina como tema central del mundo árabe, pero sus resultados se caracterizaron por el mismo discurso tímido y tradicional que enfatiza los valores de la tolerancia, la coexistencia y el respeto mutuo, en un momento en que el enemigo israelí y quienes están detrás de él no entienden nada más que el lenguaje de la fuerza y la confrontación.

Los dirigentes árabes no han aprendido las lecciones del pasado y han seguido apostando por las promesas estadounidenses huecas en relación con la solución de dos Estados, promesas que la experiencia ha demostrado que no son más que declaraciones para consumo político. La declaración de la cumbre vino a confirmar una vez más que están esperando que la comunidad internacional, encabezada por Estados Unidos, desempeñe su papel en la implementación de la solución de dos Estados, a pesar de que la comunidad internacional no ha aportado ninguna solución real al conflicto palestino-israelí ni a ninguna otra crisis internacional en las últimas décadas.

Mientras los dirigentes árabes se adhieren a la llamada "Iniciativa de Paz Árabe" presentada en 2002, que ya no es válida a la luz de los acontecimientos actuales, el enemigo israelí y sus aliados estadounidenses y británicos continúan con los crímenes de asesinato y desplazamiento forzado de palestinos, desarmando la resistencia y ampliando los asentamientos, haciendo caso omiso de todas estas iniciativas diplomáticas.

La cumbre no se limitó a afirmar la Iniciativa de Paz Árabe, sino que renovó su rechazo a lo que calificó de violencia, extremismo y terrorismo, expresiones que han llegado a utilizarse para criminalizar toda forma de resistencia legítima contra la ocupación israelí, en clara contradicción con los principios de la justicia internacional y el derecho de los pueblos a defenderse.

Si analizamos la historia de las cumbres árabes, vemos que las declaraciones y discursos de clausura de los líderes árabes no se atreven a criticar directamente a Estados Unidos e Israel ni a confrontar sus planes coloniales, sino que a menudo vienen con débiles formulaciones diplomáticas que no van más allá del círculo del cortejo a Occidente, como si esos resultados hubieran sido elaborados por los espías y las herramientas de inteligencia de Estados Unidos.

En contraste con este fracaso, Sanaá, con su dirección revolucionaria, política y militar, destaca por su posición clara y firme hacia la causa palestina, como ha demostrado desde la revolución del 21 de septiembre de 2014, su capacidad de imponer nuevas ecuaciones sobre el terreno, empezando por la expulsión de las fuerzas estadounidenses de Yemen, y extendiéndose al apoyo a la resistencia palestina sobre el terreno.

En una medida práctica, Sanaa intervino militarmente junto a la resistencia palestina al atacar al enemigo israelí con misiles balísticos y drones, e impidió el paso de barcos vinculados a Israel y Estados Unidos en el Mar Rojo, el Golfo de Adén y el Océano Índico, en un claro mensaje de que la era del dominio absoluto occidental sobre la región ha terminado.

A pesar del acuerdo de alto el fuego, el enemigo sionista continuó con sus violaciones, registrando más de 900 violaciones en la Franja de Gaza desde el 19 de enero, además del continuo cierre de los cruces a la ayuda humanitaria, lo que llevó a Sanaa a advertir a Israel contra la reanudación de sus operaciones militares si continúa la escalada contra el pueblo palestino.

Con esta posición, Sanaá sigue trazando las grandes líneas del futuro de la región con una voluntad firme que no conoce compromisos. Mientras las capitales árabes dudan en tomar decisiones decisivas, Sanaá confirma que la resistencia real, y no los discursos, es la única manera de imponer nuevas ecuaciones sobre el terreno. La historia no tiene piedad de los débiles y los pueblos no olvidan a quienes los defraudaron. El futuro sólo pertenecerá a quienes sean dueños de sus decisiones y defiendan sus derechos con todas sus fuerzas.