
Sanaá - Saba - Informe:Gamil Al-Qashm
El líder de la revolución, Sr. Abdul-Malik Badr al-Din al-Houthi, lanzó una enérgica advertencia a la entidad israelí para que reanude las operaciones militares navales si no se abren los cruces y no llega ayuda a la Franja de Gaza en el plazo de cuatro días.
Esta amenaza no es una carta de presión política, sino más bien una indicación de que Sanaa, que ha apoyado la causa palestina durante 15 meses, continuará con la acción directa utilizando sus capacidades militares para cambiar las ecuaciones estratégicas en la región y defender la injusticia del pueblo palestino.
La advertencia llega en un momento delicado, ya que Israel sufre una agobiante crisis económica debido a la actual guerra en Gaza y a los ataques navales llevados a cabo por las fuerzas armadas yemenítas en los últimos meses.
Estos ataques obligaron a los barcos que se dirigían a los puertos palestinos ocupados a cambiar sus rutas y evitar pasar por el Mar Rojo, lo que provocó un aumento de los costos de los seguros de los barcos y la renuencia de las empresas a tratar con los puertos ocupados.
Las repercusiones de esta escalada no se limitaron al transporte y los seguros, sino que también llegaron al punto de debilitar el movimiento de importación y exportación, lo que profundizó la crisis inflacionaria dentro de Israel, ya que las pérdidas del sector naviero israelí superaron los cientos de millones de dólares, con expectativas de que este descenso continúe si Yemen reanuda las operaciones marítimas, especialmente después de la última advertencia.
Tel Aviv se encuentra hoy en una situación sin precedentes, ya que sus intentos, con el apoyo de Estados Unidos y Occidente, de romper el bloqueo naval impuesto por Sanaá han fracasado. La alianza occidental que Washington intentó formar para proteger a los barcos israelíes no ha logrado ningún resultado tangible, lo que ha dejado a Israel solo ante esta amenaza.
El gobierno de ocupación está bajo una creciente presión interna, ya que importantes sectores económicos han comenzado a expresar su preocupación por el continuo aislamiento marítimo y su impacto en los mercados locales, y algunas empresas han comenzado a buscar alternativas comerciales, mientras que los círculos económicos han advertido que la continuación del bloqueo podría conducir a una crisis a largo plazo en sectores vitales como la energía y las industrias pesadas.
La advertencia yemeníta representa un cambio estratégico, ya que la ocupación israelí ahora se ve obligada a tratar con Sanaá como una fuerza influyente en las ecuaciones del conflicto, y las operaciones navales yemenítas han pasado a ocupar un lugar destacado en la agenda de seguridad nacional israelí, lo que fue confirmado por funcionarios militares israelíes de que la amenaza que viene de Yemen es extremadamente difícil de enfrentar.
Estos acontecimientos demuestran que Yemen ha logrado imponer una nueva ecuación de disuasión, al apuntar a las articulaciones de la economía israelí en lugar de contentarse con enfrentamientos militares directos, lo que ha colocado a Tel Aviv ante desafíos sin precedentes que amenazan directamente su seguridad comercial y económica.
La escalada yemení forma parte de una estrategia a largo plazo destinada a cambiar el equilibrio de poder en la región. Sanaá no sólo apoyó la resistencia palestina, sino que pasó a la etapa de influir realmente en el curso del conflicto, convirtiéndose en un actor importante en la ecuación de disuasión regional.
El enemigo israelí se enfrenta hoy a una dura prueba: o abre los pasos fronterizos o sufre las consecuencias de una escalada que puede alcanzar niveles sin precedentes. Los próximos días serán decisivos y, tal como Sanaá impuso su voluntad en el pasado, demostrará en los próximos días que el equilibrio de poder en la región ha cambiado.
Cualquiera que sea la reacción israelí, la verdad clara es que Yemen se ha convertido hoy en una potencia regional influyente, capaz de dirigir ataques estratégicos que redibujan el mapa del conflicto, y lo que venga después de esta advertencia no será lo mismo que lo que vino antes.