Sana'a - Saba:
La Dirección Revolucionaria y el Consejo Político Supremo han colocado la cuestión de la apertura de carreteras entre sus prioridades nacionales y humanitarias, basados en su profunda conciencia del sufrimiento diario que causan las carreteras cerradas a los ciudadanos en medio de la actual agresión y el bloqueo de Estados Unidos, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos al país.
Esta preocupación fue evidente en las sucesivas iniciativas lanzadas por el liderazgo de Sana'a, afirmando su compromiso con sus responsabilidades morales y humanitarias y encarnando los objetivos de la Revolución del 21 de septiembre, que apuntaban a fortalecer la cohesión nacional y aliviar el sufrimiento de los ciudadanos.
Sana'a ha llevado adelante su enfoque revolucionario y de liberación con conciencia y responsabilidad, participando en toda iniciativa que pueda aliviar el sufrimiento de sus ciudadanos y mejorar sus condiciones de vida. Esto ocurre en un momento en que la coalición de agresión acecha en Yemen desde hace décadas, una extensión de la era del colonialismo británico, que extendió su hegemonía sobre el sur del país durante unos 129 años, durante los cuales afianzó una política de "divide y vencerás" dividiendo el país en jeques y sultanatos rivales.
Los efectos y repercusiones de la agresión se han multiplicado, afectando a diversos sectores, incluyendo la negación de la libertad de movimiento y comunicación a los ciudadanos mediante el cierre de carreteras y el ataque a los viajeros, ya sea por ataques aéreos enemigos o por bandas de bandidaje y saqueo desatadas por la coalición en las carreteras que conectan las gobernaciones.
Reconociendo la importancia vital de esta cuestión, los dirigentes de Saná han presentado una serie de iniciativas para abrir las carreteras cerradas, creyendo en la importancia de fortalecer los lazos entre los yemenitas y facilitar la libertad de movimiento entre ciudades y regiones. Esto es especialmente cierto porque los cierres no se limitaron a las líneas norte-sur, sino que se extendieron a los distritos y regiones del interior, lo que exacerbó el sufrimiento diario de los ciudadanos.
Los dirigentes de Saná no se limitaron a las iniciativas anunciadas, sino que tomaron la iniciativa de aplicarlas unilateralmente sobre el terreno, como confirmación de su buena fe y para establecer un argumento legítimo. Sin embargo, la otra parte no les respondió, a la luz del hecho de que la decisión de abrir y cerrar el puerto sigue sujeta a la voluntad de los ocupantes saudíes y emiratíes, que han cruzado todos los límites de la vecindad y los valores islámicos y humanitarios al lanzar una agresión sangrienta contra el pueblo de una nación musulmana vecina.
A pesar de la reiterada dilación de las herramientas y mercenarios de la coalición y su continuo rechazo a las iniciativas para abrir carreteras, el liderazgo de Saná continuó sus esfuerzos humanitarios con determinación y responsabilidad nacional, hasta que esos esfuerzos resultaron en la apertura de una serie de carreteras vitales, entre ellas la carretera Saná - Sarwah - Ma'rib, la carretera Al Bayda - Al Jawbah - Ma'rib City, la carretera Al Hawban - Qasr Al Shaab - Al Kamb, así como la carretera Saná - Adén a través de la Gobernación de Al Dhale', y finalmente la carretera Aqabat Al Mahlahel que une las Gobernaciones de Abyan y Al Bayda, que se abrió unilateralmente, encarnando el enfoque del liderazgo para aliviar el sufrimiento de los ciudadanos y fortalecer la comunicación entre la gente del país.
Las iniciativas de apertura de carreteras no habrían sido posibles sin la seriedad del liderazgo de Saná al abordar las repercusiones de la agresión y el bloqueo, a pesar de las divisiones creadas en el tejido social por la coalición estadounidense-saudí-emiratí, en un intento desesperado por reproducir
proyectos de hegemonía y división.
A pesar de ello, la dirección revolucionaria y el Consejo Político Supremo se han comprometido a superar estos desafíos mediante una serie de medidas y pasos, entre los que destaca la apertura de carreteras internas y externas. Esto facilitará el movimiento y el comercio, fortalecerá la cohesión popular y contrarrestará los intentos de división practicados por las autoridades de ocupación en algunas gobernaciones mediante la división regional y la discriminación identitaria.
La apertura de carreteras entre provincias no es sólo una medida orientada al servicio; Es un derecho fundamental de los yemeníes la libertad de movimiento, comunicación y visita. También contribuye a protegerlos del bandidaje, los secuestros y los asesinatos cometidos por bandas criminales y milicias armadas leales a la coalición de agresión saudí-emiratí en las gobernaciones ocupadas. Estas acciones son parte de agendas coloniales que buscan desestabilizar la seguridad e imponer una realidad de caos y división.
Las iniciativas de apertura de carreteras adoptadas por los dirigentes de Saná fueron simplemente una extensión de una postura humanitaria firme, una victoria de los valores de la hermandad y la unidad y un rechazo de todas las formas de fragmentación y división buscadas por el ocupante y sus herramientas. Mientras las fuerzas de agresión siguen obstruyendo toda iniciativa que alivie el sufrimiento del pueblo yemení, el gobierno de Saná sigue presentando un modelo nacional responsable, con el espíritu del Estado, la moral de la revolución y una postura firme.
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